Me siento vacía
hueca por dentro,
como una botella transparente
de la que hemos consumido
todo lo que ella contenía.
Como una naranja exprimida
a la que le hemos desprendido
de todo su jugo.
Como una caja de gominolas
a quien la saña y avaricia
han robado todo su dulzor.
Sin motivaciones,
sin musas inspiradoras,
más que mi propia pulpa
exprimida hasta su esencia.
Me siento defraudada
por cercanos y lejanos.
Cada día quedan menos pasamanos
para poder sujetarnos
al descender por una escalera.
Ni inspiraciones,
ni confianza...
Tan sencillo
como que no tengo ganas de nada.
2.11.11
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2 comentarios:
Hola. Nos tendremos que animar. Somos personas muy dinámicas y creo que ahí está el secreto.
No te preocupes... Son rachas!! Saldremos de todas ellas!! Gracias por leerme!
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