Te siento llegar,
como siempre amenazante,
intimidándome con tu presencia,
a pesar de que ya no te recordaba.
Merodeas mis deditos,
sin más, empiezas a tomarte confianzas,
sometes mi mano a tu voluntad,
olvidándote de mis sentimientos.
Solo puedo poner a salvo a mi alma gemela,
abrazándola con un tupido antifaz,
escondiendola de tus incisivas miradas.
Me quieres poseer,
y yo quiero ignorarte,
pero tu fuerza trasciende mis decisiones.
Te abalanzas sobre mi,
me haces entera tuya...
Te odio...
Quiero que vuelva el verano!
12.11.09
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