29.9.14

Como si nada

Llegaste de la nada,
del mundo de los muertos,
como un espectro sin vida
al que las miradas fueron
devolviendo su corporeidad.

El reloj marcó su voluntad durante 10 minutos,
los únicos en los que nuestra memoria
parecía recordar los años de distancia
que nos han separado.

Como si nada,
risas, complicidades,
y confidencias varias empezaron a fluir entre tu y yo
como siempre había pasado
como debía haber pasado…

Todo tuvo un por qué,
a pesar de que parezca inutil,
a pesar de los millones de preguntas,
las lágrimas derramadas,
las plegarias para que todo fuese un sueño
tuvieron su explicación,
tuvieron su resolución.

Tal cual te dije: ya puedo morir tranquila…
Las dos metas más inalcanzables
que quería alcanzar en esta vida,
las he sobrepasado…

Ya puedo morir tranquila...


Como una olla a presión

Como una olla a presión,
en la que los pensamientos no paran de hervir,
de aquí para allá,
de un lado de mi conciencia hasta el opuesto.

Un baile de átomos que no cesan de girar
a velocidades estratosféricas,
con un orden definido
que a simple vista no puedes descifrar.

Y cada vez giran más rápido,
cada vez ocupan más parte de tu actividad mental.
Estados mentales que ellos mismos
se golpean en la placa de aluminio de tu cortex cerebral…

Y tu mente…
Cesa de seguir intentando luchar…

No existe un hueco vacío en ella que no esté ocupado…
No existe un segundo de tu día en que no pare de pensar…
No existe forma humana de liberarse de ese pensamiento…

Solo tienes que apagar el fuego,
pero no puedes hacerlo.
Sabes que es lo que más deseas,
pero va a acabar contigo…

Cada vez más presión,
cada instante más rápido fluyen en tu cabeza…
Sabes que va a llegar...
la válvula va a empezar a chillar…

lo sabes…

se acerca…

más presión…



Calma, vale la pena…
Relaja, todo llegará...