No quiero leerte,
aquellas primeras entradas,
tan niña yo,
escibiendo a renglón corrido,
como si la vida me fuera en ello,
como si las palabras surgieran de mis llemas
como el caudal de un manantial
a cada latido.
Vuelvo a sentir cómo palpitaba
por aquel entonces,
las necesidades, los miedos y las inquietudes que tenía...
Y no quiero volver a recordarlas.
Porque no quiero echarlas de menos,
ni volver a necesitarlas.
Me siento frente al mismo teclado que las vió nacer,
frente al mismo ordenador que las vió crecer,
y hoy ya no existe nada...
Ni tan siquiera la forma de contarlas...
Todo el mundo maduramos,
y mis manos también maduran.
Demasiado...
No quiero leerte porque me haces daño...
le veo agazapado entre cada palabra...
Y daría todo lo que fuera por volver atrás,
comenzar de nuevo, y que todo fuera como ambos soñábamos.
Como aquel primer año,
como aquel tiempo...
14.6.11
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