13.6.08

Un segundo... Un siglo sin ti.

Los segundos se hacen horas,
mientras mi estómago clama encontrar su paz.
El reloj, mi gran aliado, ahora parece ser la peor de mis pesadillas.
Y es que no puedo convertir una goma elástica en una cuerda de esparto...
El tiempo tiene su propia identidad,
se mete en tu cabeza fulminante,
o crea rubatos eternos en tu alma.
Menos de un día...
Todo un siglo sin ti!

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