27.11.10

El abrigo rojo

No miran ya los cristales,
prefieren dormir sus entrañas,
las paredes de ti se esconden,
buscas las luces para crecerte,
para ser más, a pesar de lo poco que eres.
La cirugía nunca te sentó bien,
peor cuando no te rejuvenece.
Ni pretendes ser,
ni esperas ser reconocido,
solo quieres que te lleven a escondidas,
si es que acaso lo pretendes.
Paseas sin sentido por los triangulares baldosines,
hacia los grandes, y de repente hacia los pequeños.
Más vale no adornarte...

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