Distancia...
Soledad...
El tiempo...
Aire fresco acariciando tu cara...
Olor a tierra mojada...
Sable que agrieta senderos...
Asfalto...
Despierta, ya has vuelto.
No hay situación que más me relaje que sentarme bajo la sombra de un frondoso árbol y dejar que los pensamientos fluyan a su antojo, mientras la suave brisa de las montañas te hace olvidar el estrés de la vida urbana.
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